El médico geriatra conoce adecuadamente los cambios que se producen con el envejecimiento.
Detectando a tiempo los llamados síndromes geriátricos (demencia, delirium, caídas, incontinencia, malnutrición) y los efectos de los medicamentos en el manejo de las diferentes patologías.
La principal herramienta diagnóstica es la Valoración Geriátrica Integral, donde se evalúa y cuantifica el estado físico/ biológico, psíquico (cognitivo, afectivo, conductual) y social, enfatizando en el conocimiento de la capacidad funcional como principal variable para establecer el rendimiento de los planes de cuidados y los objetivos asistenciales.